Relevos de canales en equipo

Los retos cooperativos en Educación Física 

Los retos cooperativos son actividades en las que los estudiantes deben cooperar entre ellos para lograr un objetivo común. La contribución de cada uno de los estudiantes del grupo es esencial para el éxito colectivo, fomentando la responsabilidad compartida. Además, los retos cooperativos promueven la cohesión grupal y la comunicación, ya que los estudiantes deben ponerse de acuerdo sobre estrategias y roles, así como apoyarse y animarse mutuamente. Para el docente de educación física, los retos cooperativos ofrecen un escenario pedagógico que permite observar la dinámica grupal, intervenir en mediaciones, promover el liderazgo rotativo y la autorregulación.

Existen retos cooperativos de diferentes tipos y con diferentes materiales. En este artículo vamos a explorar la posibilidad de implementar diferentes retos cooperativos en educación física usando un único material, los relevos de canales en equipo. Este material se compone de 12 canales de PVC recubiertos de espuma, 6 bolas de Foam y 1 bolsa de transporte.

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Cinco retos cooperativos para educación física con relevos de canales

Reto 1: Relevo canal “cadena humana” 

Objetivo: transportar la bola de foam desde el inicio hasta la meta pasando por una “cadena” de canales, sin que la bola caiga al suelo.

Material necesario: 2 juegos de relevos de canales en equipo, 12 canales de PVC recubiertos de espuma y 6 bolas de foam.

Desarrollo: dividir al grupo en equipos de 4 a 6 estudiantes. Cada equipo forma una fila en la que cada estudiante sostiene un canal. El primer estudiante deposita la pelota en su canal y, de inmediato, la pasa al siguiente canal, y así sucesivamente. Una vez que la pelota pasa por el canal de cada estudiante, este avanza para ponerse el primero de la fila y seguir participando. Si la bola se cae al suelo, todo el equipo debe regresar al punto donde ocurrió la caída y reiniciar desde allí. La actividad finaliza cuando llegan a la meta sin que se les haya caído la bola.

A tener en cuenta: puedes variar la dificultad de la propuesta variando el número de participantes por equipo, o pidiéndoles que si se les cae la pelota vuelvan a empezar desde el inicio.

Reto 2: Relevo canal con obstáculos

Objetivo: transportar una bola a lo largo de un trayecto utilizando los canales, pero obligando a los estudiantes a pasar por diferentes obstáculos.

Material necesario: 2 juegos de relevos de canales en equipo, 12 canales de PVC recubiertos de espuma, 6 bolas de foam, conos y vallas.

Desarrollo: se traza un circuito con diferentes obstáculos (por ejemplo, cambiar de dirección, realizar un zigzag o pasar por encima de unas vallas o de un banco sueco). Después, se divide al grupo en equipos de 4 a 6 estudiantes. Cada equipo forma una fila en la que cada estudiante sostiene un canal. El primer estudiante deposita la pelota en su canal y, de inmediato, la pasa al siguiente canal, y así sucesivamente. Una vez que la pelota pasa por el canal de cada estudiante, este avanza para ponerse el primero de la fila y seguir participando. A lo largo del recorrido, el equipo debe ir superando los diferentes obstáculos que hay. Si la bola se cae, todo el equipo debe regresar al punto donde ocurrió la caída y reiniciar desde allí. La actividad finaliza cuando llegan a la meta sin que se les haya caído la bola.

A tener en cuenta: favorece momentos de reflexión para que decidan en grupo cómo sortear cada obstáculo.

Reto 3: Canales sin palabras 

Objetivo: transportar una pelota por los canales sin que los miembros del equipo hablen entre sí durante toda la actividad.

Material necesario: 2 juegos de relevos de canales en equipo, 12 canales de PVC recubiertos de espuma y 6 bolas de foam.

Desarrollo: se divide a los estudiantes en equipos, y cada grupo forma una fila cooperativa con los canales. El primer estudiante coloca la pelota en su canal, y el equipo debe pasarla hasta el final sin que nadie emita una sola palabra. Si alguien habla, esa persona pierde su canal. Sin embargo, sí pueden usar gestos, señales, miradas, pero siempre sin emitir sonidos.

A tener en cuenta: dependiendo del grupo, puede ser interesante trabajar la comunicación no verbal con otras propuestas más simples antes.

Reto 4: El reloj cooperativo 

Objetivo: lograr pasar la pelota por el canal de cada compañero en el menor tiempo posible y que vuelva al inicio.

Material necesario: 2 juegos de relevos de canales en equipo, 12 canales de PVC recubiertos de espuma, 6 bolas de foam y un cronómetro.

Desarrollo: se colocan los canales en círculo. La pelota debe dar una vuelta completa pasando por todos los canales sin caerse. Cada estudiante debe mover su canal para recibir la pelota y pasársela al siguiente. El equipo puede intentar varias vueltas para mejorar su tiempo.

A tener en cuenta: se pueden realizar variantes, como cambiar el sentido a mitad de la vuelta o pasar dos pelotas simultáneamente.

 

Reto 5: Tsunami

Objetivo: realizar el mayor número posible de retos cooperativos.

Material necesario: 2 juegos de relevos de canales en equipo, 12 canales de PVC recubiertos de espuma, 6 bolas de foam y cartas de retos.

Desarrollo: se crea una baraja con diferentes retos cooperativos que los estudiantes deben realizar       con los canales en equipo, como transportar 2 bolas simultáneamente, hacer girar cada canal cuando la bola pase por él, no tocar los canales con las manos, o tapar los ojos a uno de los estudiantes. Además, se incluirán varias cartas de tsunami, que permitirán intercambiar el reto con el de otro equipo. Los grupos irán realizando los retos que les salgan al azar en la baraja de retos, y podrán coger una nueva carta solo cuando hayan completado      el reto anterior.  

A tener en cuenta: se le puede pedir al alumnado que invente sus propios retos, e incluirlos en la baraja.

Consejos de implementación

A la hora de implementar estos retos cooperativos en tus sesiones de educación física, ten en cuenta aspectos como presentar un nivel de dificultad progresivo, comenzando con el reto más simple (el reto 1) y avanzando gradualmente hacia los más complejos. Además, resulta interesante dejar momentos de reflexión tras cada intento, reservando 2-3 minutos para que los equipos comenten qué funcionó, qué no y qué cambiarían, a fin de favorecer la comunicación, la reflexión y la estrategia grupal. También puede ser adecuado asegurar una rotación de roles, de forma que cada estudiante tenga la oportunidad de ocupar las posiciones de inicio, medio, final, reorganizador, etc.

Por otra parte, para favorecer la inclusión real y significativa en nuestras sesiones, puede resultar necesario realizar adaptaciones si se cuenta con estudiantes con necesidades educativas. La inclusión real en educación física implica garantizar que todos los estudiantes puedan participar, disfrutar y aprender a través del movimiento, independientemente de sus capacidades físicas, cognitivas o sensoriales. Los retos cooperativos, por su propia naturaleza, son especialmente adecuados para ello, siempre que se apliquen adaptaciones pedagógicas, materiales y organizativas adecuadas.

Las adaptaciones variarán en función de las necesidades, pero algunas podrían ser:

· Instrucciones claras y visuales: apoyarse en pictogramas, señales de colores o demostraciones físicas del reto para que todos los estudiantes comprendan la dinámica.

· Apoyo del docente: supervisión más cercana para redirigir la atención o facilitar recordatorios verbales durante la tarea.

· Permitir apoyo físico o asistentes: si un estudiante necesita ayuda para sostener el canal, se puede trabajar en duplas cooperativas, donde un compañero actúe como soporte físico.

· Delimitación de zonas: usar materiales táctiles como alfombras o cintas en relieve.

· Previsibilidad: explicar con anticipación cómo será la actividad, los pasos, duración, turnos y  reglas claras.

· Zonas de descanso o regulación: disponer un espacio cercano donde el estudiante pueda autorregularse si lo necesita y reincorporarse después.

· Flexibilidad en la participación: permitir que el estudiante observe primero y luego se incorpore.

Finalmente, en lo que respecta a la evaluación, lo ideal es que estos retos formen parte de una situación de aprendizaje cooperativa. En ese contexto, la evaluación debe ser formativa y continua. Se puede usar una gran variedad de herramientas para evaluar al alumnado, desde rúbricas para observación directa, hasta dianas de autoevaluación  o coevaluación entre compañeros.

Conclusiones sobre los retos cooperativos en educación física    

En definitiva, los retos cooperativos constituyen una valiosa herramienta para las sesiones de educación física, y los canales en equipo son un material polivalente que permite crear una gran variedad de retos cooperativos. Con las cinco propuestas anteriores dispones de un abanico de retos que puedes adaptar, escalar o mezclar según el curso y el contexto. Lo fundamental es mantener la idea de desafío compartido y que el éxito dependa de la cooperación y la estrategia grupal.

 

Y tú, ¿te animas a probarlos?


  La magia de la Educación Física

Josune Rodríguez-Negro

Maestra funcionaria, master en actividad física y deportiva y tiene un doctorado en actividad física y deporte. Actualmente desarrolla su labor educativa como docente de psicomotricidad y educación física en una escuela pública, pero también cuenta con experiencia docente en el ámbito universitario. Tiene una amplia trayectoria investigadora, con multitud de publicaciones científicas y ponencias en congresos, y ha realizado varias estancias de investigación en el extranjero. En 2023 publicó su primer libro en solitario “La gestión del aula en educación física”. Además, divulga en redes sociales sobre educación bajo el nombre de @lamagiadelaef

 


 

 

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