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Tanto si este año empiezas en un nuevo centro escolar como si repites cole, septiembre marca el inicio de un nuevo curso escolar en el que recuperar dinámicas y crear (o reforzar) vínculos. En el caso específico de la Educación Física, septiembre no solo representa un nuevo comienzo, sino también una oportunidad para que el alumnado reconecte con su cuerpo, el movimiento y el juego.
El periodo vacacional implica una alteración radical de las rutinas del alumnado, incluyendo cambios en la alimentación, sueño, hábitos posturales y niveles de actividad física. Aunque algunos niños y adolescentes mantienen cierto nivel de actividad física (ya que practican deportes de verano, van a colonias o juegan en la calle), muchos otros disminuyen drásticamente su nivel de actividad. De hecho, algunos estudios recientes sobre la población escolar reflejan que más del 40% de los estudiantes no realizan la actividad física recomendada durante el verano. Por esta razón, el inicio de curso debería plantearse como una puesta en marcha progresiva.
Además, la vuelta al cole conlleva una gran carga emocional. El alumnado se reencuentra con sus amigos y amigas, pero también con normas, estructuras y responsabilidades. En este sentido, la Educación Física ofrece un espacio privilegiado para canalizar emociones a través del movimiento y generar una experiencia positiva desde el primer día. Por ello, el clima emocional y la seguridad afectiva deben ser los pilares de las sesiones durante las primeras semanas, para que el alumnado sienta que la Educación Física es un lugar seguro, divertido y en el que todos tienen cabida.
La evaluación inicial en Educación Física cumple, en este contexto, un papel crucial, ya que septiembre es un momento clave para valorar el punto de partida del alumnado y así adaptar nuestras propuestas, conocer a nuestros estudiantes y generar las condiciones adecuadas para un aprendizaje significativo. En este artículo abordaremos algunas claves para una evaluación inicial exitosa en educación física, con propuestas concretas y aplicables que podrás usar en tus sesiones.
Tradicionalmente la evaluación en educación física ha estado asociada a pruebas físicas, test y resultados cuantitativos, cuyo objetivo era clasificar y etiquetar al alumnado. Sin embargo, hoy en día, según la legislación educativa actual, el objetivo de la evaluación inicial es recoger información que permita identificar necesidades y potencialidades, diseñar situaciones de aprendizaje contextualizadas y realistas, individualizar la enseñanza y atender a la diversidad.
Una evaluación inicial bien planteada debe ocupar las dos o tres primeras semanas del curso, y desarrollarse de forma progresiva y flexible. Lo ideal es integrarla de forma natural en situaciones de juego, retos cooperativos o dinámicas de grupo, sin que suponga estrés ni presión extra para el alumnado.
De hecho, una evaluación inicial de calidad debería ser:
· Lúdica pero útil: que parezca un juego, pero que proporcione información valiosa.
· Adaptada: que tenga en cuenta la edad del alumnado y sus diferentes niveles de habilidad.
· Continua y flexible: que pueda desarrollarse durante varias sesiones, en función de las necesidades.
· Reflexiva: que sirva para tomar decisiones pedagógicas y planificar, no simplemente para calificar.
Aunque la tendencia en Educación Física es centrarse en el ámbito motriz, una evaluación inicial completa debe abarcar diferentes dimensiones, incluyendo la dimensión motriz (habilidades motrices básicas, coordinación general y específica, equilibrio estático y dinámico, agilidad, resistencia aeróbica…), la dimensión socioemocional (relación con sus compañeros, nivel de participación, gestión del error y la frustración, comportamientos cooperativos y competitivos…) y la dimensión actitudinal (comportamiento, atención…). Además, también es una buena oportunidad para conocer los intereses, expectativas y hábitos saludables de nuestro alumnado.
Como hemos comentado, esta evaluación inicial puede adoptar diferentes formatos, desde juegos de exploración motriz, dinámicas cooperativas y retos por estaciones, hasta pequeños cuestionarios o incluso autoevaluaciones. A continuación, se presentan algunas ideas prácticas de actividades de evaluación inicial que puedes llevar a cabo este curso con tu alumnado en Educación Física.
Material: dar la vuelta a los discos, combas, bancos suecos, pelotas, tarjetas con imágenes…
Desarrollo: se preparan diferentes postas por las que pasa el alumnado, con el objetivo de obtener una visión general de su desarrollo motriz, socioemocional y actitudinal. Cada grupo debe recorrer las estaciones y realizar los desafíos libremente. El docente observa sin interrumpir.
· Posta 1 - Salto y equilibrio: saltar de disco en disco sin tocar el suelo, asegurándose de que todo el equipo llegue hasta el final.
· Posta 2 - Salto de comba: se proponen al alumnado una serie de retos de comba, que deben realizar individualmente, en parejas y en grupo.
· Posta 3 - Lanzamientos y recepciones: en parejas, el alumnado se pasa una pelota. Si logran atraparla en el aire, dan un paso hacia atrás (aumentando la distancia), si se les cae, dan dos pasos hacia delante."
· Posta 4 - Tipo de desplazamientos: se diseña un mini circuito que combina distintos tipos de desplazamiento: arrastres, trepas, cuadrupedia…
· Posta 5 - Expresión corporal: se facilita al alumnado unas tarjetas con imágenes. Deben escoger tres al azar y crear una breve historia que representarán solo con su cuerpo, sin hablar.
Objetivo: pasar por todas las postas, intentando cumplir en equipo el desafío que aparece en cada una. Además, esta actividad ayudará a preparar al alumnado para las siguientes propuestas.
Aspectos a evaluar: el docente observa las habilidades motrices básicas y la expresión corporal, pero también el liderazgo, escucha, estrategias de grupo y tolerancia al error del alumnado.
Instrumento de evaluación: plantilla de observación.
Material: 42 discos de vinilo y petos de colores.
Desarrollo: se colocan todos los discos con el lado gris hacia arriba. Se divide a los estudiantes en 6 equipos y se asigna a cada uno un color. A la señal, los jugadores dan la vuelta a los discos buscando los del color de su equipo y ocultando los de los rivales.
Objetivo: ser el equipo con más discos de su color boca arriba al finalizar el tiempo.
Aspectos a evaluar: el docente observa la agilidad, capacidad de cambio de dirección, velocidad de reacción, estrategia, trabajo en equipo y colaboración/competitividad de los estudiantes.
Instrumento de evaluación: rúbrica sencilla.
Material: pack del juego derribar el muro, compuesto por 50 bloques de espuma densa y 12 pelotas.
Desarrollo: se divide al alumnado en dos equipos. Dentro de cada equipo se reparten tres roles: constructores, atacantes y defensores. Los constructores corren al centro del área de juego para recoger bloques del color de su equipo (amarillo o azul) y construir un muro, los atacantes lanzan las pelotas para derribar la pared del equipo contrario, y los defensores protegen su muro de los lanzamientos enemigos. Gana el primer equipo que logre completar su muro sin que se derrumbe.
Objetivo: ser el primer equipo en construir la pared completa.
Aspectos a evaluar: lanzamientos, estrategia, liderazgo, roles…
Instrumento de evaluación: registro anecdótico, en el que el docente va anotando las cosas que le llaman la atención.
Material: Bloques de espuma del pack de derribar el muro y aros.
Desarrollo: se colocan 12 aros formando un círculo, y los estudiantes, en parejas, se sitúan cerca de cada uno de los aros. En el centro del círculo se colocan 22 bloques de espuma (puede aumentarse el número para que el juego sea más corto, o reducirse si se desea mayor dificultad y exigencia). De cada pareja, uno de los estudiantes será el encargado de intentar recopilar tres bloques, de uno en uno, y dejarlos dentro de su aro. Al principio podrá coger bloques del centro, pero llegado cierto momento, tendrá que empezar a robarlos de otros equipos. El otro jugador de la pareja será el encargado de aconsejarle a quién robar los bloques, pero no puede tocarlos ni molestar a otros jugadores que vengan a robar los suyos. En la siguiente ronda se cambian los roles.
Objetivo: ser la primera pareja en tener 3 bloques dentro de su aro.
Aspectos a evaluar: capacidades físicas, especialmente la resistencia, pero también la estrategia, actitud hacia la derrota, juego limpio…
Instrumento de evaluación: rúbrica sencilla.
Material: un disco de vinilo rojo, otro amarillo y otro verde.
Desarrollo: se sitúa un disco de cada color en diferentes zonas del espacio. El docente plantea varias preguntas, como por ejemplo “¿Me he esforzado al máximo?”, “¿He ayudado a mis compañeros?”, “¿Cómo me siento cuando hacemos Educación Física?”… El alumnado se coloca cerca del vinilo del color correspondiente en función de su respuesta. El rojo significa no/mal, el amarillo a veces/regular, y el verde siempre/genial. Además, si lo desean, los estudiantes pueden explicar por qué se han colocado ahí.
Objetivo: recoger autopercepciones del alumnado de forma rápida.
Aspectos a evaluar: el docente recibe un feedback inmediato sobre diferentes aspectos sobre los que pregunta, basado en la autoevaluación del alumnado.
En definitiva, la vuelta al cole en educación física es un momento idóneo para dar la bienvenida al alumnado y hacer una evaluación inicial de calidad que nos ayude a recoger, interpretar y transformar la información en oportunidades de aprendizaje. Si se realiza de forma adecuada, podemos convertir las primeras semanas de clase en un trampolín hacia un curso lleno de experiencias positivas y aprendizajes.
¡Feliz vuelta al cole!
Josune Rodríguez-Negro
Maestra funcionaria, máster en actividad física y deportiva y cuenta con un doctorado en actividad física y deporte. Actualmente desarrolla su labor educativa como docente en la facultad de educación y deporte, formando a futuros docentes de educación física. Tiene una amplia trayectoria investigadora, con multitud de publicaciones científicas y ponencias en congresos, y ha realizado varias estancias de investigación en el extranjero. En 2023 publicó su primer libro en solitario “La gestión del aula en educación física”. Además, divulga en redes sociales sobre educación bajo el nombre de @lamagiadelaef