8 Juegos de dados para usar en educación física

En muchas ocasiones, los dados no se encuentran entre los materiales tradicionales usados en las sesiones de Educación Física y, sin embargo, son un material muy interesante. Un dado es un objeto motivante que te ayudará a incluir un elemento de azar en tus clases y a darle una vuelta a tus propuestas.

 

Existen multitud de dados de diferentes tamaños, materiales y número de caras, como por ejemplo el de las emociones, el dado de las 12 caras o el dado gigante de espuma. Además, aunque generalmente estamos acostumbrados a ver dados numéricos, también hay dados matemáticos con operaciones u otros elementos en sus lados.

 

Si queremos emplear estos artículos en Educación Física, lo más recomendable es hacerse con unos de un tamaño más grande de lo normal y que sean de espuma, para que los estudiantes puedan interaccionar con ellos de forma adecuada. Además, si en vez de un dado numérico te haces con un dado con los lados editables (como el dado motriz), las posibilidades de utilización aumentan muchísimo.

 

Estos últimos llevan una bolsa de vinilo transparente en cada lado, de forma que podemos introducir tarjetas según la actividad que queramos realizar. Esto convierte este tipo de dados en un material totalmente polivalente que te permitirá utilizarlos para trabajar diferentes contenidos como expresión corporal, alimentación saludable, condición física o incluso saltos.

A continuación encontrarás ocho ideas para usar los dados en tus sesiones de Educación Física de forma eficaz:

 

Aprendizaje basado en juegos

Cuando hablamos de los dados en Educación Física, la primera idea que nos viene siempre a la cabeza es usarlos para realizar aprendizaje basado en juegos (ABJ). El ABJ, también conocido como Game Based Learning en inglés, es una metodología activa que se basa en realizar juegos en el aula con un fin educativo.

 

Podemos implementar juegos ya creados o modificarlos para el ámbito educativo. Por ejemplo, se puede adaptar el juego de escaleras y serpientes para trabajar las habilidades motrices básicas, o el juego de la oca para trabajar los primeros auxilios. También podemos dejar volar la imaginación y desarrollar juegos con un fin didáctico, como la utilización de un tablero para trabajar la condición física o un juego de mesa inventado para aprender las reglas de un deporte de una forma más lúdica.

 

En todos estos casos necesitaremos unos dados numéricos para saber cuántas casillas avanzar por el tablero. Utilizar ABJ en educación física resulta una opción muy motivante que convierte al estudiante en el protagonista de su propio aprendizaje.

 

Saltos de comba

Los saltos de comba son un ejercicio que tiene muy buena acogida por parte del alumnado con un nivel de competencia medio-alto, ya que se pueden realizar multitud de propuestas atractivas (un ejemplo serían los retos de combas cooperativos o coreografías con combas).

 

Sin embargo, una de sus mayores dificultades reside en hacer atractiva la etapa de iniciación, cuando el alumnado aún no tiene adquirido un nivel de competencia mínimo.

 

Una idea que suele triunfar para trabajar la iniciación a los saltos de comba es coger dos dados y colocar en uno de ellos números (2-3-4-5-6-8) y, en el otro, diferentes tipos de saltos (hacia delante, hacia atrás, la culebrita, en movimiento, libre y tornado).

 

Después, dividimos a los estudiantes en grupos de 4-6 estudiantes y les damos a cada grupo dos dados. Los estudiantes tiran los dados, y tienen que practicar el número y el tipo de salto que ha salido (por ejemplo 4 saltos hacia delante, o 6 saltos a la culebrita).

 

Alimentación saludable

A los docentes de educación física muchas veces nos cuesta encontrar formas motivantes y activas para trabajar la alimentación saludable en las sesiones. Una propuesta divertida es el juego de “los alimentos que pillan”.

 

Primero tenemos que enseñar a los estudiantes a dividir los alimentos en no saludables (rojos), procesados (amarillos) y saludables no procesados (verdes). Después, dividimos a los estudiantes en 3 grupos, y a cada grupo les damos los petos de uno de los tres colores mencionados.

 

El docente tira el dado, y los estudiantes que lleven el peto del color relacionado con el alimento que ha salido, pillan. Es decir, si el alimento que sale es no saludable, los estudiantes con peto rojo pillan, si sale un alimento procesado los estudiantes con peto amarillo pillan, y si sale un alimento saludable no procesado, los estudiantes con peto verde pillan.

 

Los estudiantes que han sido pillados se tienen que sentar en el suelo y no pueden ser librados. Una vez que todos los estudiantes han sido pillados, todos se ponen de pie otra vez, y el docente vuelve a tirar el dado para ver que alimento sale esta vez, y que grupo de estudiantes pilla.

 

Competencia matemática

La educación física es el lugar idóneo para desarrollar todo tipo de competencias, entre ellas la competencia matemática. Una idea muy sencilla para trabajarla es adaptar el juego de “blanco y negro”.

 

Para ello colocamos a todo el alumnado en parejas, y les pedimos que un miembro de cada pareja se ponga en una línea y el otro en otra, formando dos filas. Para poder trabajar la competencia matemática, vamos a hacer una pequeña variación en las reglas del juego.

 

Un docente tira dos dados matemáticos, y dice los dos números que han salido. Si la suma de ambos es par, los estudiantes de la derecha tienen que ir a pillar a su pareja. Si la suma de ambos números es impar, los estudiantes de la fila de la izquierda tienen que ir a atrapar a sus parejas.

 

Dependiendo de la edad de los estudiantes podemos complicar la actividad, pidiendo por ejemplo que multipliquen los dos números que han salido.

 

 

Trabajar la expresión corporal

Los dados pueden ser una genial herramienta para trabajar la expresión corporal en educación física. Para esta actividad, colocaremos en cada lado de los dados unas tarjetas con diferentes dibujos o imágenes. En un dado colocaremos imágenes de objetos (por ejemplo un cepillo de dientes, un sombrero, una varita mágica, una estrella, un mapa y una llave) y, en otro, diferentes lugares (por ejemplo un colegio, un castillo, un hospital, un bosque, una playa y un parque de atracciones). En el último dado pondremos diferentes personajes (por ejemplo, un rey, un esqueleto, una bruja, un dragón, una cebra y una astronauta).

 

En grupos, tiran cada uno de los dados para obtener un objeto, un sitio y un personaje principal. Después, tienen que inventar y representar una historia en la que aparezcan todos esos elementos, y el resto de estudiantes tienen que adivinar qué es lo que están representando.

 

Trabajar las emociones

La educación emocional está cobrando más y más importancia en el ámbito educativo, por lo que vamos a ver una forma de trabajarla en educación física usando como único material unos dados y unas tarjetas.

 

Para este ejercicio, debemos insertar en cada lado del dado de las emociones una tarjeta con una cara que represente una emoción; alegría, tristeza, sorpresa, ira y miedo. En la sexta cara del dado, vamos a poner un signo de interrogación. Le pedimos al alumnado que vayan por el espacio desplazándose de la forma que nosotros queramos (corriendo, andando hacia atrás, en cuadrupédia…).

 

El docente tira el dado y todo el alumnado tiene que saludar al resto de compañeros con la emoción que ha salido. Si sale la carita sonriente se saludarán con alegría, si sale la carita de sorpresa se saludarán sorprendidos… y si sale el signo de interrogación tendrán que saludarse con la emoción que cada uno elija.

 

Posturas de yoga

Siguiendo la idea del PedaYoga, podemos usar los dados para trabajar el yoga en nuestras sesiones de educación física, situando una tarjeta de una postura de yoga en cada una de las caras del dado.

 

Para incorporarlo en las sesiones, podemos indicarle a un estudiante que tire el dado y, después de observar la figura que ha salido, animar a todo el grupo a que la realice durante 30 segundos. Además, estableceremos que el estudiante que ha tirado el dado es el encargado de controlar y ayudar a sus compañeros con la postura que ha salido.

 

El encargado es también responsable de fijarse quién es el estudiante que más se está esforzando en esa postura, siendo este el próximo en tirar el dado y convertirse en encargado.

 

Para niveles más avanzados se puede seguir la misma dinámica pero tirando el dado varias veces seguidas, de forma que cada estudiante crea al azar una secuencia completa de diferentes posturas de yoga a efectuar por el resto de sus compañeros.

 

Vuelta a la calma

Generalmente, disponemos de pocas sesiones de educación física a la semana, por lo que aprovechar y maximizar el tiempo de compromiso motor resulta una prioridad.

 

Una opción para no tener que invertir demasiados minutos en explicar cada día una nueva actividad para la vuelta a la calma es establecer únicamente seis juegos para este momento por trimestre. Una vez seleccionadas las seis actividades de vuelta a la calma, las imprimimos en unas tarjetas y las incluimos en las seis caras del dado.

 

Antes de finalizar la sesión, el docente o un estudiante tira el dado, y todos los estudiantes hacen la actividad que ha salido. Como ya conocen las seis actividades de antemano, no es necesario explicarlas de nuevo, y eso agiliza notablemente los tiempos.

 

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Josune Rodríguez-Negro

Maestra funcionaria, master en actividad física y deportiva y tiene un doctorado en actividad física y deporte. Actualmente desarrolla su labor educativa como docente de psicomotricidad y educación física en una escuela pública de educación infantil y primaria. También cuenta con experiencia docente en el ámbito universitario. 

Tiene una amplia trayectoria investigadora, con multitud de publicaciones científicas de alto impacto y ponencias en congresos internacionales. Ha realizado varias estancias de investigación en el extranjero, la última de ellas en Finlandia. Además, divulga en redes sociales sobre educación bajo el nombre de @lamagiadelaef

 

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