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El lanzamiento constituye una de las habilidades motrices básicas fundamentales. Desde edades tempranas, niñas y niños exploran su entorno lanzando objetos, ajustando progresivamente la fuerza, la dirección y el momento del gesto. En el aula de la Educación Física escolar, el lanzamiento se convierte en un potente recurso educativo, ya que permite trabajar no solo aspectos motrices, sino también cognitivos, sociales y emocionales.
Estos lanzadores de saquitos y pelotas de Elk Sport dan mucho juego. Se trata de un material sencillo, seguro y altamente motivante que introduce un elemento mecánico básico (palanca) y amplía las posibilidades de acción del alumnado.
Coordinación: el lanzamiento con mediación de un implemento permite explorar diferentes patrones de movimiento, coordinando el gesto global (piernas, tronco y brazos) con la acción específica del lanzamiento. De igual manera, se produce un trabajo de una coordinación de ojo-pie-mano en cada una de las ejecuciones.
Ajuste de la fuerza y control postural: al variar el peso del saquito o pelota (explorar otros materiales), la distancia o la inclinación del lanzador, el alumnado aprende a regular la fuerza y a estabilizar su cuerpo.
Motivación y juego: el carácter lúdico del material incrementa la implicación y la participación activa, especialmente en alumnado menos motivado. El trabajo en equipo cobra una vital importancia al explorar diferentes actividades que requieren de la participación de todos.
Inclusión y accesibilidad: al no exigir una elevada precisión manual inicial, los lanzadores facilitan la participación de alumnado con diferentes niveles de competencia motriz.
Práctica inicial de acciones deportivas: muy útiles para realizar autolanzamientos para el golpeo que se realiza en deportes como tenis, bádminton, béisbol…
Desde un enfoque competencial, estas propuestas favorecen el aprendizaje significativo y la transferencia a otras situaciones motrices y deportivas.
· El material aparentemente tiene un uso individual, pero ve enriquecida su propuesta cuando se realizan actividades donde se requiere la participación de otro alumnado encargado de la recepción. Se pueden encontrar diferentes variantes cuando son varios los posibles lanzadores, condicionados por la señal previa establecida. De igual manera, puede existir un grupo de receptores pendiente de quién tenga que ser el encargado de realizarla.
· La fuerza de impulso también condiciona el vuelo del saquito o pelota lo que hace que se creen variantes de actuación determinando diferentes distancias respecto a la recepción.
· Admite la incorporación de otro tipo de material (pelotas de espuma, volantes de bádminton…) que amplía el abanico de respuestas motrices.
·Existe la posibilidad de encestar en una canasta previamente colocada, la cual puede variar en distancia o altura y así tener que reajustar los lanzamientos en cada ejecución.
El objetivo es familiarizarse con el material y explorar sus posibilidades. El alumnado, de manera individual, experimenta libremente con los saquitos y pelotas. Se proponen consignas abiertas: lanzar alto, lanzar lejos, lanzar suave, cambiar de mano, de pie, variar la posición de salida. Esta actividad favorece la exploración motriz y el aprendizaje por descubrimiento, permitiendo que el alumnado tome conciencia de sus propias acciones. Es muy interesante para analizar trayectorias, fuerza y diferentes fórmulas de recepción.
El objetivo es el trabajo coordinado en el lanzamiento y la recepción. Uno de los alumnos es el encargado de realizar el lanzamiento y el otro la recepción. Se puede variar el pie de ejecución y la forma de recepción, alternando las manos (sobre la espalda). Recepción de pie, sentado, de rodillas, a la pata coja, tumbado, a pies quietos…Trabajo por equipos, sumando puntos. Cambiar la distancia a la que se coloca el receptor tras cada lanzamiento.
El objetivo es conseguir recoger el saquito o la pelota con un cono que se tiene en la mano. Un participante con un cono en la mano (puede cambiarlo de mano) tiene que intentar coger el saquito. Se trabaja la coordinación óculo-pédica-manual. Variante: trabajo por parejas donde uno tiene el cono.
El objetivo es que el saquito o la pelota no caiga al suelo. El lanzador está en el medio de un círculo de 4 o 5 alumnos que están sentados. A la señal, se lanza y se dice el nombre de un participante que se levantará lo más rápido posible para que no llegue al suelo.
Una variante puede ser poder nombrar dos alumnos o preparar dos saquitos en el lanzador e intentar que cada uno coja uno.
Con esta actividad se refuerzan las habilidades sociales y el trabajo en equipo además de la atención y la velocidad de reacción y movimiento.
Se trata de realizar una carrera, pero en este caso de lanzamientos y recepciones.
Se puede hacer de dos maneras:
· 1) El que lanza tiene también que recoger y, si lo hace, le pasa el saquito o la pelota al compañero. Si falla, vuelve a repetir.
· 2) El que lanza se aparta para que lo recoja el compañero de detrás, si lo consigue se avanza. Hay que ver qué grupo lo consigue antes. Esta actividad favorece la coordinación grupal, así como la atención y la reacción.

Dos lanzadores. A la señal, lanzan a la vez y cada uno tiene que recoger el saquito o la pelota del otro. Favorece la coordinación con compañeros y ajusta las respuestas motrices a implementos que han sido lanzados por otros. Se puede sumar las veces que se recepcionan. La distancia entre lanzadores también condiciona las acciones y , por lo tanto, crea más posibilidades de ejecución (cerca, lejos, enfrentados, de espaldas).
Los lanzadores de pelotas son muy útiles para la iniciación a diferentes deportes de golpeos, como el tenis o el béisbol. Se pueden probar nuevas alternativas para trabajar bádminton, tenis de mesa o para hacer golpeos con las manos. Estas acciones se pueden transferir a las fases de golpeo de estos deportes. La utilización de otros materiales en la fase de lanzamiento enriquece el bagaje motriz, además de mejorar la coordinación óculo manual.

Se colocan previamente unas canastas (cubos) o aros en el suelo. El alumnado tiene que colocar el lanzador donde crea preciso para que, cuando lance, el saquito (se quede) o la pelota (bote) dentro de esa canasta o aro. Se pueden variar las distancias de los elementos y también se pueden establecer diferentes tamaños que signifiquen la consecución de diversa puntuación.
Los lanzadores de saquitos y pelotas representan un material innovador y polivalente que enriquece significativamente las sesiones de Educación Física. Su utilización favorece el desarrollo de las habilidades motrices básicas, la motivación del alumnado y la creación de situaciones de aprendizaje inclusivas y significativas. Amplía la ejecución de acciones cuando se trabaja por parejas, tríos o de manera grupal, trabajando la atención, la escucha, la coordinación grupal, además de los diferentes tipos de lanzamiento o recepción. Es un material muy útil en la mejora técnica para realizar golpeos que se pueden utilizar en diferentes deportes. Desde una perspectiva pedagógica, el lanzamiento deja de ser un gesto aislado para convertirse en una herramienta de aprendizaje global, lúdica y educativa.

Gustavo Lorente Lorente
Es maestro de Educación Física desde el año 2001 en el CEIP Juan de Austria, en Alcázar de San Juan. Quiromasajista y reflexólogo podal, también es monitor medioambiental y técnico en salvamento acuático, así como Técnico Especialista en Administración y Comercio. Autor de los proyectos de innovación educativa “Todos somos paralímpicos”, “Mi cuerpo sano comiendo y jugando”, “No quiero ganar, quiero jugar” y “Podium”, así como de varios libros relacionados con la Educación Física. Además, es inventor de cuatro deportes alternativos: Keball, Twohoop, Fivenet y 4Tri. Su línea de trabajo se centra en la innovación y la búsqueda de nuevas alternativas en el aula, así como en el aprovechamiento creativo del material. Es un maestro dinámico en redes y ofrece ideas y propuestas novedosas.